Francisco
Pimentel Agostini, nació en Caracas el 1° de septiembre de 1889.
Hijo de Francisco Pimentel Anderson, crítico, fabulista e Individuo
de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, Sillón Letra M; y
Margarita Agostini Caspers, quien colaboró en las revistas El Cojo
Ilustrado y Semana. El matrimonio tuvo 8 hijos: Cecilia; Luis Rafael, Capitán; Melicia María;
Clara; Clemente; Tancredo, General; Vicente y Emilio Pimentel
Agostin.
Su abuelo materno,
Santiago Rafael Agostini Hospedales (1808-1881), oriundo de la isla de Trinidad, fue periodista, abogado, y político, dirigió la revista
satírico-política El Diablo Asmodeo (1844).
Conocido
bajo el seudónimo de Job Pim o El Jobo Pimentel.
Contrajo
nupcias con María Luisa Vegas León, poetisa, quien ayudó en la
publicación de sus obras completas en 1959.
Estudió
la Primaria en el colegio de Teresa Pérez Bonalde y la Secundaria
en el colegio Santa María. Cursó entre 1909 y 1912, derecho, pero
no concluyó la carrera por su interés literario. Aprendió con su padre, francés e
inglés.
Comenzó
en 1913 su labor periodística en El Nuevo Diario, con la sección,
Pitorreos; después pasó a ser parte del equipo de los diarios El
Universal y El Heraldo; colaboró en las revistas El Cojo Ilustrado y
Élite. En 1917, fundó el periódico humorístico El Pitorreo, junto
al escritor caraqueño Leoncio Martinez (1888-1941), al compositor
caraqueño José Antonio Calcaño Calcaño (1900-78) y el escritor
carabobeño, periodista y diplomático José Rafael Pocaterra
(1889-1955). En 1923 participó en el semanario Fantoches, junto a
Leoncio Martínez; y fue opositor al gobierno del militar tachirense
y Presidente de Venezuela (1908-35), Juan Vicente Gómez (1857-1935).
Estuvo
aproximadamente nueve años preso, en distintas cárceles del país,
entre ellas, La Rotunda, en Caracas.
Ejerció
el siguiente cargo diplomático: cónsul de Venezuela en Valencia,
España (1935), el cual desempeñó hasta el comienzo de la Guerra
Civil Española (1936), cuando le ordenaron regresar a Venezuela.
Al
concluir la guerra civil en España, regresó pero su salud era
pésima y tuvo que regresar a Caracas en 1940, donde continuó
realizando trabajos literarios hasta su muerte.
Su
obra literaria es la siguiente: Desde mi Periscopio; Pitorreos, 1917;
Sal de Pim, 1943; Graves y Agudos, 1940 (versos); y El Balance de
Eva, 1922 (prosa).
El
escritor, poeta lírico, traductor y humorista Francisco Pimentel
Agostini (Job Pim o El Jobo Pimentel) falleció en Caracas el 12 de
agosto de 1942.
Desde hace varios
días,
tenemos otra línea
de tranvías
de suma utilidad
pues a Catia va a
unir con la ciudad.
Esto a la empresa le
ha salido encomio
y el argot popular
ha enriquecido:
en efecto, es de
todos bien sabido
que, como en Catia
se halla el manicomio,
los que hasta ayer
veían
algún tipo
chiflado.
“¡Ten cuidado con
Catia!” le decían,
Pero esto no era muy
disimulado
Y la frase ha ganado
en ironía;
Hoy se le da de loco
lo patente
A cualquiera
diciendo simplemente
--“Mira que ahora
hay tranvía…”
Pero sucede ahora
algo que a los
catianos encocora,
y es que toda la
gente caraqueña
al presente se
empeña
en estrenar la línea
recién hecha,
y el carro lleva
tantos peregrinos
que los pobre
vecinos
no han podido
montarse hasta la fecha,
y como si no
hubieran puesto el carro
tienen que usar las
de batir el barro.
Esto de irse a Catia
todo el mundo
excepto los de allá,
da la razón
a cierto pensamiento
muy profundo
no sé si de un
francés o un alemán;
y es que allá no
están todos los que son
ni son tampoco todos
los que están.
Y los catianos, si
no cambia esto
tendrán que
publicar un manifiesto
en el que esté
expresada
la Doctrina de
Monroe, aplicada
a conseguir en sus
tranvías puesto,
y parodiando a los
americanos
decirnos: “¡Catia
para los catianos!”
Lic. Sonia
Verenzuela T.
2017
FUENTES CONSULTADAS
Antirripios de
ultramar: y otros tópicos literarios, Gráf. Bu-San, 1958
Crónica de Caracas,
1958
Llórens Casani,
Milagro y Antuña, Sonia (2001): Genealogía de familias venezolanas,
volumen N° 8
ICONOGRAFÍA