viernes, 1 de septiembre de 2017

FRANCISCO PIMENTEL AGOSTINI



Francisco Pimentel Agostini, nació en Caracas el 1° de septiembre de 1889. Hijo de Francisco Pimentel Anderson, crítico, fabulista e Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, Sillón Letra M; y Margarita Agostini Caspers, quien colaboró en las revistas El Cojo Ilustrado y Semana. El matrimonio tuvo 8 hijos: Cecilia; Luis Rafael, Capitán; Melicia María; Clara; Clemente; Tancredo, General; Vicente y Emilio Pimentel Agostin.
Su abuelo materno, Santiago Rafael Agostini Hospedales (1808-1881), oriundo de la isla de Trinidad, fue periodista, abogado, y político, dirigió la revista satírico-política El Diablo Asmodeo (1844).
Conocido bajo el seudónimo de Job Pim o El Jobo Pimentel.
Contrajo nupcias con María Luisa Vegas León, poetisa, quien ayudó en la publicación de sus obras completas en 1959.
Estudió la Primaria en el colegio de Teresa Pérez Bonalde y la Secundaria en el colegio Santa María. Cursó entre 1909 y 1912, derecho, pero no concluyó la carrera por su interés literario. Aprendió con su padre, francés e inglés.
Comenzó en 1913 su labor periodística en El Nuevo Diario, con la sección, Pitorreos; después pasó a ser parte del equipo de los diarios El Universal y El Heraldo; colaboró en las revistas El Cojo Ilustrado y Élite. En 1917, fundó el periódico humorístico El Pitorreo, junto al escritor caraqueño Leoncio Martinez (1888-1941), al compositor caraqueño José Antonio Calcaño Calcaño (1900-78) y el escritor carabobeño, periodista y diplomático José Rafael Pocaterra (1889-1955). En 1923 participó en el semanario Fantoches, junto a Leoncio Martínez; y fue opositor al gobierno del militar tachirense y Presidente de Venezuela (1908-35), Juan Vicente Gómez (1857-1935).

Estuvo aproximadamente nueve años preso, en distintas cárceles del país, entre ellas, La Rotunda, en Caracas.
Ejerció el siguiente cargo diplomático: cónsul de Venezuela en Valencia, España (1935), el cual desempeñó hasta el comienzo de la Guerra Civil Española (1936), cuando le ordenaron regresar a Venezuela.
Al concluir la guerra civil en España, regresó pero su salud era pésima y tuvo que regresar a Caracas en 1940, donde continuó realizando trabajos literarios hasta su muerte.
Su obra literaria es la siguiente: Desde mi Periscopio; Pitorreos, 1917; Sal de Pim, 1943; Graves y Agudos, 1940 (versos); y El Balance de Eva, 1922 (prosa).
El escritor, poeta lírico, traductor y humorista Francisco Pimentel Agostini (Job Pim o El Jobo Pimentel) falleció en Caracas el 12 de agosto de 1942.

















TRANVÍA DE CATIA


Desde hace varios días,
tenemos otra línea de tranvías
de suma utilidad
pues a Catia va a unir con la ciudad.
Esto a la empresa le ha salido encomio
y el argot popular ha enriquecido:
en efecto, es de todos bien sabido
que, como en Catia se halla el manicomio,
los que hasta ayer veían
algún tipo chiflado.
“¡Ten cuidado con Catia!” le decían,
Pero esto no era muy disimulado
Y la frase ha ganado en ironía;
Hoy se le da de loco lo patente
A cualquiera diciendo simplemente
--“Mira que ahora hay tranvía…”
Pero sucede ahora
algo que a los catianos encocora,
y es que toda la gente caraqueña
al presente se empeña
en estrenar la línea recién hecha,
y el carro lleva tantos peregrinos
que los pobre vecinos
no han podido montarse hasta la fecha,
y como si no hubieran puesto el carro
tienen que usar las de batir el barro.
Esto de irse a Catia todo el mundo
excepto los de allá, da la razón
a cierto pensamiento muy profundo
no sé si de un francés o un alemán;
y es que allá no están todos los que son
ni son tampoco todos los que están.
Y los catianos, si no cambia esto
tendrán que publicar un manifiesto
en el que esté expresada
la Doctrina de Monroe, aplicada
a conseguir en sus tranvías puesto,
y parodiando a los americanos
decirnos: “¡Catia para los catianos!”


Lic. Sonia Verenzuela T.
2017
FUENTES CONSULTADAS
Antirripios de ultramar: y otros tópicos literarios, Gráf. Bu-San, 1958
Crónica de Caracas, 1958
Llórens Casani, Milagro y Antuña, Sonia (2001): Genealogía de familias venezolanas, volumen N° 8

ICONOGRAFÍA