Teresa en 1924, presentó
su primera novela, Ifigenia, la
cual obtuvo el primer premio y fue publicada por el Instituto
Hispanoamericano de Cultura Francesa en París. Tres años más
tarde, viajó a la isla de Cuba, para representar a Venezuela, en la
Conferencia Interamericana de Periodistas, con la disertación
“La influencia oculta de las mujeres en
el continente y en la vida de Bolívar”,
y
conoció a quien será su gran amiga, la escritora y antropóloga
cubana, Lydia Cabrera (1899-1991). Posteriormente , se
dirigió a Colombia y dictó conferencias cuya temáticas se basaron
en “La importancia de la mujer
durante la Colonia y la Independencia”.
Regresó a Europa, en el año 1929 e inició su segunda novela
”Memorias de Mamá
Blanca”, para retornar a
Venezuela el siguiente año. Ella fue elogiada y reconocida como una
excelsa escritora, viajó por Colombia, Cuba, Alemania, Italia,
España, Estados Unidos de Norte América y Francia. Sus obras fueron
traducidas al inglés, francés, italiano y portugués. En París
llevó la vida que convenía a una señorita de la buena sociedad
caraqueña; allí conoció al diplomático y escritor ecuatoriano
Gonzalo Zaldumbide (1884-1965) con quien inició una amistad, amorosa
primeramente, y luego fraternal, que ha quedado documentada en
magníficas cartas , que muestran el sentir y padecer de la talentosa
escritora.
Su luz se apagó, allende
a la Caracas que tan bien comprendió y plasmó con prosa certera,
en el sanatorio para tuberculosos en la Sierra de Guadarrama,
Fuentefría, España. Le acompañaron al final de su viaje, la madre,
María, su hermana y Lydia, su amiga, el 23 abril de 1936,
irónicamente, Día del Libro, instaurado desde 1926. Los restos
mortales de la escritora fueron sepultados en el Cementerio de
Almudena; luego, trasladados a Venezuela, al panteón familiar en
el Cementerio General del Sur, en Caracas; y posteriormente, el 7 de
noviembre de 1989, fueron llevados al Panteón Nacional,
convirtiéndose en la tercera mujer y primera escritora, en recibir
el honor de estar en el Panteón de los Héroes Nacionales; luego de
las caraqueñas; Luisa Cáceres de Arismendi (1799-1866), heroína independentista y
la pianista Teresa Carreño (1853-1917), cuyos restos ingresaron al sagrado recinto de la Patria, en los años 1876 y 1977 respectivamente.
Lic. Sonia Verenzuela T.
2015
2015
Fuentes
bibliográficas:
Diccionario
de historia de venezuela, Tomo III, Fundación Polar, Caracas,
Venezuela, 1997, 2da. Edición.
Discurso
de Orden a cargo de la licenciada Velia Bosch en el Acto de la
inhumación de los restos de la escritora teresa de la parra.
Ediciones de la presidencia de la República, 1990, caracas,
venezuela.