Hay
lugares hermosos en Caracas que te transportan a otro lugar, donde el
bullicio propio de la ciudad desaparece; y su paisaje nos invita a la relajación; eso nos ocurre cuando visitamos
La Quinta de Anauco en San Bernardino, Caracas, la residencia de campo propia de la época colonial.
Esta
residencia, que comenzó a ser conocida como La Casa de Solórzano,
fue construida por el capitán Juan Javier Mijares de Solórzano
entre los años 1796 y 1797. Posteriormente,
la antigua Casa de Solórzano fue arrendada primero al general de
brigada Pedro Zaraza, y posteriormente, en 1826 al general Francisco
Rodríguez del Toro, Marqués del Toro. En el historial de la casa, podemos destacar que en ella se hospedó el
Libertador Simón Bolívar entre el 2 y el 6 de julio de 1827,
durante su última visita a la ciudad que le vio nacer. Continuando con su historia, tenemos que el 3 de diciembre de
1827. La Quinta fue adquirida por el Marqués del Toro,
permaneciendo la propiedad en la familia cerca de cuatro
décadas. Luego sirvió de residencia al Encargado de Negocios de
Inglaterra Richard Bigham.
En
1860, La casa fue vendida a Don Domingo Eraso y estuvo en poder de la
familia durante noventa y siete años. El 25 de junio de 1958,
los nietos de Don Domingo, doña Cecilia Eraso de Ceballos, doña
Mercedes Eraso de Rodríguez Landaeta y don Henrique Eraso,
decidieron donarla a la Nación con la cláusula documental que
establece lo siguiente: "siempre sirva como sede del Museo de
Arte Colonial y bajo la custodia de la Asociación Venezolana Amigos
del Arte Colonial". El 12 de octubre de 1961, la casa es abierta
al público como Museo de Arte Colonial de Caracas; y el 24 de enero
de 1978, la Quinta de Anauco y sus jardines es decretada Monumento
Histórico Nacional, por la Junta Nacional Protectora y Conservadora
del patrimonio Histórico y Artístico de la Nación.
La
Quinta de Anauco es un remanso de paz en Caracas, posee objetos que
invitan ahondar más en su historia, me encantan sus jardines, la
imagen de San Miguel Arcángel y la caballeriza, por mencionar algunas de las bondades que posee el Monumento Histórico; por ello cuando tengan
oportunidad visítenla y disfruten de su historia.
Lic. Sonia Verenzuela T.
2015